sábado, 13 de octubre de 2012

Las superbacterias vuelan y se propagan en el aire


Científicos británicos descubrieron que las superbacterias de los hospitales tienen la capacidad de flotar hasta por más de tres metros en corrientes aéreas.
Estafilococo dorado resistente a la meticilina (EDRM)
Se pensaba que la propagación de EDRM sólo era por contacto.
Los investigadores de la Universidad de Leeds, Inglaterra, afirman que es necesario investigar más cómo ocurre la transmisión aérea de estos microbios.
El hallazgo, afirman los científicos, podría explicar porqué, a pesar de los estrictos regímenes de limpieza y controles de higiene, algunos hospitales continúan luchando para evitar que estas bacterias se transmitan de un paciente a otro.
Los científicos llevaron a cabo pruebas de laboratorio con una bacteria asociada al EDRM
Se sabe ya que las superbacterias, como el EDRM y la C-dificile, pueden propagarse por el contacto.
Los pacientes o visitantes de hospitales, e incluso el personal, pueden de forma inadvertida tocar superficies contaminadas con bacteria y transmitir la infección a otros, lo que resulta en una lucha constante para mantener las manos y las superficies limpias en estos establecimientos.
La nueva investigación, sin embargo, muestra que toser, estornudar o simplemente sacudir las sábanas, puede enviar a los microbios a viajar por el aire, lo que les permite contaminar superficies que acaban de ser desinfectadas.
El hallazgo, dicen los investigadores, muestra que es urgente llevar a cabo más estudios para establecer el impacto que puede tener esta propagación en la lucha contra estas infecciones.

Propagación aérea

Las tasas de EDRM se han reducido de forma drástica en la última década. En algunos establecimientos, sin embargo, las cifras de infección siguen siendo demasiado altas.
El equipo de la Universidad de Leeds cree que la transmisión aérea podría explicar esto.
Los científicos utilizaron una cámara biológica de aire para replicar las condiciones en los cuartos de una y dos camas en hospitales.
Liberaron pequeñas partículas que contenían estafilococo dorado, una bacteria vinculada al EDRM, que eran liberadas de un maniquí térmico que simulaba al cuerpo humano.
El nivel de contaminación fue inmediatamente más alto alrededor del maniquí, pero también se encontró evidencia del microbio a 3,5 metros de distancia, explica el estudio publicado en la revista Building and Environment.
Una portavoz de la Agencia de Protección a la Salud del Reino Unido señala que aunque se sigue pensando que la propagación de EDRM en hospitales ocurre principalmente por contacto directo, es necesario llevar a cabo más estudios para establecer la importancia de esta nueva ruta de contagio.

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